La Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Santander ha propuesto este jueves adjudicar a la UTE IMESAPI-LA ENCINA-COPSESA el contrato del servicio de mantenimiento en los parques y jardines de la ciudad, por un presupuesto de 7.714.521 euros anuales y un plazo de cuatro años, prorrogable por otros dos períodos de un año cada uno. Es una UTE de la que además forma parte IMESAPIA, que es una filial de ACS.

Sede de Copsesa

Ha sido un proceso no exento de tensiones: su importe lo hacía uno de los más elevados de la legislatura, dilatado durante meses, y se hacía encomendando la decisión final en realidad a una asesoría externa, Melissa Consultoría, después de rechazar hasta en dos ocasiones la valoración del Jefe de Servicio de Parques y Jardines, que excluía a cinco de las seis candidatas y dejaba en liza solamente a la actual concesionaria, URBASER.

Este contrato, ligado a la Concejalía de Medio Ambiente que encabeza el edil José Ignacio Quirós, incluye el cuidado y limpieza de áreas verdes y zonas de juego infantil, así como programas de sensibilización ambiental y conservación de la biodiversidad, entre otros servicios.

El nuevo contrato conllevará la inversión de 700.000 euros al año en trabajos de obra civil, jardinería, servicios y suministros para la mejora de las zonas verdes existentes o la creación de otras nuevas.

Para ello, la adjudicataria llevará a cabo el diseño, ejecución y desarrollo de un plan de recuperación de las zonas y espacios verdes deteriorados, acometerá las obras de renovación y mejora de elementos e instalaciones que sean necesarias y suministrará esos elementos.

Asimismo, prevé un incremento anual del 2,5 por ciento en las zonas verdes a mantener, sin coste adicional para el Ayuntamiento.

Santander tiene alrededor de 3,5 millones de metros cuadrados de espacios verdes y superficie ajardinada, lo que supone unos 20 metros cuadrados por habitante. La ciudad cuenta además con un centenar de parques infantiles que suman más de 20.000 metros cuadrados destinados al juego de los más pequeños, ha agregado el edil.

El contrato de mantenimiento de parques y jardines contempla el cuidado de todos estos espacios, tanto de las zonas ajardinadas, el arbolado y las plantas ornamentales, como de los elementos de juego, bancos y el resto de mobiliario urbano de los parques (carteles, vallas, fuentes…).

Asimismo, la empresa adjudicataria del contrato deberá hacerse cargo del mantenimiento de los parques biosaludables, las campañas de control de gaviotas y la renovación de los sistemas de certificación y acreditación ambiental que disponen los parques de la ciudad conforme a las normas EMAS e ISO14001.

También tendrá que prestar un servicio de recogida de restos de podas a particulares, desarrollar un programa de educación ambiental con actividades de sensibilización y atención al ciudadano, y desarrollar actuaciones que favorezcan la conservación de la biodiversidad en los parques y jardines de la ciudad.

En este nuevo contrato, se incluirán servicios, como el control de gaviotas o la asistencia veterinaria y alimentación de animales del zoo, que se prestaban a través de otros contratos.

De esta manera, la adjudicataria se compromete a contar con los servicios de asistencia veterinaria para el zoo de la península de La Magdalena, así como a suministrar 9.000 kilos de sardina y 9.000 kilos de caballa al año para su manutención.

COPSESA, ADJUDICATARIA DEL CONTRATO DE LOS VIALES

Entre los miembros de la UTE está COPSESA, Copsesa (Construcciones y Obras Públicas San Emeterio SA, la empresa del exalcalde del PP en Ramales de la Victoria José Domingo San emeterio), que el pasado mes de febrero lograba el contrato de los viales de Santander, por primera vez en concurrencia con otras empresas, ya que las anteriores veces que lo había gestionado había sido o heredado (la primera vez) o prorrogado por distintos motivos, como errores en los pliegos por parte del Ayuntamiento de la capital cántabra que motivaron, aludiéndose a la falta de tiempo, la prórroga en lugar de la convocatoria de un concurso.

Es un contrato de 2,2 millones de euros,  y pese a que su objeto es el mantenimiento de viales de la ciudad en general, se sigue gastando en asfaltado de viales fuera de ese contrato: un mínimo de 3,2 millones de euros para actuaciones relacionadas con el asfaltado y el mantenimiento de los viales en sucesivos planes de asfaltado que viene aprobando el Ayuntamiento.

COPSESA es adjudicataria habitual de obras como el cambio de aceras en el Cabildo, el carril bici de Castilla-Hermida o la conexión con la Peña del Cuervo o el proyecto de asfalto ecológico que se iba a implantar en toda la ciudad y del que nunca más se supo, entre otras.

El vial de Amparo se adjudicó con baja temeraria y acabó teniendo sobrecostes

La empresa es responsable de obras como el polémico vial de Amparo Pérez en la S-20, adjudicado con baja temeraria –es decir, con un coste de 3,7 millones de euros notablemente inferior a lo establecido por el Ayuntamiento-, que luego tuvo sobrecostes de 220.000 euros que se justificaron en circunstancias aparecidas con posterioridad a las obras. El Ayuntamiento de Santander financió el 80% de esa obra con una subvención del Gobierno de Cantabria que se terminará de pagar este año. 

O del nuevo parque en Tetuán, que simula cráteres y valles: también lo consiguió por baja temeraria (321.000 euros frente a los 454.000 anunciados). Y se retrasó dos veces en los plazos: pero el caso es que en lugar de multarla (como marca la Ley) , se interpretó que los motivos del retraso (la aparición de una instalación eléctrica y las peticiones vecinales) no eran su culpa. La Ley también marca que si el retraso no es imputable a la empresa, la sanción tampoco.

Poco después, se detectó un coste extra a esos trabajos, 30.000 euros, en unas obras complementarias en el mismo proyecto que no pueden considerarse literalmente sobrecoste, ya que no se modificó el contrato, sino que se plasmó a través de los contratos menores.

Lo mismo sucedió en La Albericia: en unas obras conseguidas igualmente por baja temeraria, de reordenación y adecuación de plazas, parques y jardines –que supusieron la desaparición de una bolera en la zona– se le amplió el plazo en un mes para dar cabida a una serie de modificaciones en el proyecto (nueva pavimentación, supresión de barreras arquitectónicas, nuevas circulaciones, nueva iluminación de tecnología led, incorporación de un nuevo y contemporáneo mobiliario urbano y proyecto de jardinería).

Estos modificados no se consideraron desde el Ayuntamiento sustanciales, sino de interés público, por lo que el retraso no acarreó sanción por incumplimiento del contrato, en lo que es práctica frecuente en el Consistorio.