La semana fantástica: a Rosa Eva le crecen los enanos
Lo intenta. Ella lo intenta. Pero no es un partido fácil. El PSOE ya es bastante complejo en una situación normal. Imagínense entonces intentar abrir nueva etapa tras pasar por los Gobiernos regional y central, con todos los cadáveres en el armario y minas en el terreno que eso implica: una misión que trasciende al significado de la palabra reto.
Trabajadora y discreta es el consenso de adjetivos al que parecen llegar todos los que definen a la secretaria general del PSOE, Rosa Eva Díaz Tezanos. Eva.
Exconsejera de Educación en los Gobiernos de PRC y PSOE, y siempre con importantes responsabilidades en el Partido, desde hace dos años es ella quien dirige a los socialistas cántabros, relevando a su amiga y antigua jefa Dolores Gorostiaga.
Entre aterrizar y hacer equilibrios internos, Díaz Tezanos ha tardado en tomar algunas decisiones. Pero estas últimas semanas estaba empezando a lanzar mensajes internos de fuerza.
Adiós Juan Guimerans de la Ejecutiva (el diputado y líder en Santander, otrora crítico, que encabezó una corriente clave para su elección).
Hola Ramón Ruiz (estrecho colaborador, ahora en un puesto relevante en la Dirección).
Mira, Pedro Casares (joven profesor universitario, de su entorno, situado ahora en el PSOE en el Ayuntamiento, y al que todos coinciden en apuntar una importante proyección de futuro para el partido en la ciudad).
Una jugada de bolos con la que trataba de hacerse fuerte y anunciar batalla interna contra sus propias facciones, en un movimiento que intenta conjugar con una apertura al exterior a la que aún le cuesta zafarse de lo institucional: ir a manifestaciones y organizar jornadas sobre educación y sanidad, o atender, con retraso, a afectados por preferentes de la caja que presidió un militante suyo.
LA SEMANA FANTÁSTICA
Pero no hay manera. El pasado siempre vuelve, más aún cuando es cercano, no está resuelto y no es del todo ajeno a uno. GFB, el Racing, Fraile, la desconfianza de los colectivos sociales. La semana fantástica del socialismo cántabro.
Está la difícil relación con unos colectivos sociales que, tras años de Gobierno, aprendieron a desconfiar del PSOE. Con cierto retraso, el partido trata de atender a unos afectados por las preferentes que llevan años autorganizándose. Y hay militantes esforzándose en hacer tabla rasa y acercarse a los movimientos.
Pero esta semana, la PAH, los afectados por los desahucios, le hicieron un particular ‘escrache’ a Puerto Gallego, la diputada nacional del PSOE, a cuenta de la disputa por la paternidad del recurso de constitucionalidad a la ley hipotecaria del Gobierno. La buena noticia fue que Gallego estuvo ágil y respondió a la invitación de acudir a una asamblea de la plataforma. La mala, que no terminó de convencer. El PSOE no libra el ‘no nos representan’.
Trascienden las grabaciones con las prácticas del expresidente del Racing, Francisco Pernia, todavía con mando –no oficial– en el club, y puesto por su partido y su Gobierno a dirigir un club en el que lo público ha tenido peso, y propiedad.
Y pese al manto de silencio, se sigue hablando de Fraile y Blanco, la agencia de publicidad adjudicataria de campañas millonarias de las consejerías socialistas, señalada por críticos como el expresidente Jaime Blanco como implicada en la financiación irregular del partido, y que pese a todos ingresos no encontró para pagar por las licencias de los programas informáticos que usaba.
Pero sobre todo, Ángel Agudo, presidente del Partido, tendrá que declarar ante el juez por su gestión cuando fue consejero de Economía en la instalación en Cantabria de la fallida GFB: 30 millones de euros de dinero público en una empresa en la que se implicó su Gobierno en una huida hacia adelante, que encadenó EREs, concursos de acreedores, liquidación y venta a precio de ganga a una multinacional alemana. Acudirá tras ser señalado por otro consejero, el de Industria, Miguel Ángel Pesquera.
El partido, tapando vías de agua, embarcado en un permanente gabinete de crisis que aún no ha hablado de un tema que afecta a su presidente, en la misma estela de silencio con que (no) reaccionó Rajoy ante Bárcenas, en una práctica que no ayuda a diferenciar a unos de otros.
Y aunque será en noviembre y parece más mala gestión que corrupción, la foto del presidente de tu partido en los juzgados no es cómoda. No ayuda a ponerse en valor frente a otros que está consiguiendo que no se hable de ‘lo suyo’ en Cantabria.
En ese nivel, el PSOE va perdiendo el partido. Mientras Diego mira el calendario, UPyD al ring de boxeo, IU al CIS y De la Serna a las crónicas de sociedad, Revilla ya piensa en otro capítulo para su libro.